Conozco a Fidel Herrera Beltrán, como la mayoría de los veracruzanos, desde hace más de treinta años; he seguido su trayectoria y he sido testigo de su evolución como político a través del tiempo en los diferentes cargos que ha tenido, bien en la administración pública, como dirigente del PRI o como parlamentario. He escuchado muchas de sus intervenciones en tribuna y en todas ellas se aprecia el don de la oratoria que le es innato con depurada capacidad de improvisación yendo siempre directo al punto con claridad y precisión; pero la intervención que tuvo en el Foro de Consulta sobre Democracia y Sistema Electoral, realizado en días pasados en Boca del Río, realmente la considero una pieza singular que expone a todo un hombre de estado con una notable madurez política que le coloca en un nuevo perfil como político acorde a los tiempos actuales y con una proyección mayor en el mediano tiempo.
Las reflexiones y puntualizaciones del Ejecutivo estatal en este Foro político nacional deben ser apreciadas en su justa dimensión por todos los veracruzanos por el alcance de su propuesta, ya que da justamente en el centro de la discusión nacional sobre el futuro de la democracia mexicana y de lo que debe ser el nuevo sistema electoral.
Establecer las normas que garanticen el juego limpio a través de una reforma de fondo al sistema electoral, a la luz de la recientes experiencias eleccionarias, caracterizadas por la excesiva injerencia de los partidos políticos en el arbitraje electoral que ha evitado la ciudadanización del órgano rector del proceso electoral, es uno de los puntos centrales de la reflexión de Herrera Beltrán, y esto afecta considerablemente, en opinión del gobernador veracruzano, la garantía de imparcialidad y confiabilidad total que se buscó al ciudadanizar el órgano electoral; lo que ha dado paso a la judicialización de la política en casi todos los casos, justamente por la desconfianza en los procesos electorales, animada en gran parte por los propios partidos políticos y por sus candidatos perdedores.
El Acuerdo para la Gobernabilidad y el Desarrollo que se firmó en nuestra entidad por parte de los poderes constitucionales, organizaciones políticas y de la sociedad civil, cámaras empresariales, asociaciones religiosas y, sobre todo, por representantes locales de los partidos políticos nacionales y estatales, fue la muestra que presentó orgulloso Fidel a distinguidos legisladores federales, representantes partidistas y analistas políticos nacionales que se dieron cita en el evento, señalando que bajo este instrumento de concertación política ha sido posible lograr en Veracruz la conciliación de intereses y la corresponsabilidad política, para conformar los acuerdos que han permitido la reforma integral al Código Electoral y que ha permitido también transitar, en un marco de respeto, de legalidad y de absoluta libertad, hacia la próxima elección local, en donde se renovará en pocos días el Congreso y los ayuntamientos veracruzanos.
Con la autoridad en la materia, obtenida en seis elecciones federales en las cuales ha participado como candidato, cuatro para ser Diputado Federal, una para Senador de la República y otra más para Gobernador de Veracruz, el político cuenqueño hizo un recuento de lo que ha sido el largo y sinuoso camino del proceso electoral y de la calificación de las elecciones en su tránsito hacia la ciudadanización, que llega a los tiempos actuales sin ser precisamente de ciudadanos y, lo más lamentable, sin la confiabilidad necesaria para dar certidumbre al elector de que su voto ha contado; todo esto por la excesiva partidización de los integrantes del IFE que abona considerablemente al clima de desconfianza, incertidumbre y reproche a la personalidad y actuación del Instituto, para dar paso inmediato al Tribunal Federal Electoral en la calificación final.
Herrera Beltrán hace señalamientos muy puntuales sobre el poderío del Vocal Ejecutivo del IFE que representa una temible arma en la lucha electoral, al igual que el padrón de beneficiarios del Programa Oportunidades del Gobierno Federal, porque ambos participan notablemente en cada proceso electoral como parte en la contienda; especialmente en lo que se refiere al uso indebido de recursos públicos en donde se busca la rentabilidad electoral por encima del abatimiento del rezago social y del combate a la pobreza; lo que da a l traste con la profesionalización del proceso electoral, y su servicio civil es justificadamente cuestionado. Por todo ello hace un llamado de atención para la búsqueda de un marco legal confiable que permita la gobernabilidad y que impida que se empañe el enorme esfuerzo en la construcción de la paz social. La propuesta concreta que aporta Fidel es la creación de un nuevo órgano electoral que vuelva a las raíces que le dieron origen, realmente de ciudadanos sin tendencia partidaria y sin sectarismos.
Estamos de acuerdo totalmente en que el ciudadano merece tener la seguridad absoluta de que ha elegido libremente y que su candidato obtiene o no la mayoría de votos porque el proceso es confiable. Contar con un nuevo marco normativo permite la libre participación de los actores políticos y de la sociedad que elige; la transparencia y confiabilidad del proceso abre también paso a los políticos profesionales más aptos y capaces y, lo más importante, cierra el paso a la politiquería, la improvisación en el trabajo político y al chantaje de los perdedores despistados que buscan precisamente el desorden y la confusión para llevar agua a su molino. Por eso debe ser de ciudadanos y debe ser totalmente confiable. Esa es la cuestión. (
eze_cas@hotmail.com)