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QUE COMPAREZCA LA IZQUIERDA.

Por Ezequiel Castañeda Nevárez.



Si algo tenemos que reprocharle a la izquierda mexicana es su ausencia; su falta de presencia en el escenario de la política nacional, su falta de asistencia a los momentos estelares de la vida pública del país; su alejamiento del debate de altura en la defensa del estado de derecho, su distancia de la política social y de la buena marcha de la República.

Mucho debemos reclamarle a la izquierda por su entrega a causas mesiánicas sin consistencia ideológica y notoriamente al servicio de caudillos o de grupos de poder; su disposición plena al grupismo, al agrupamiento por tribus y hasta por hordas, siempre en defensa de intereses particulares que nada tiene que ver con las mayorías o con los grupos sociales desprotegidos. Hay que recriminarle a quienes se dicen de izquierda su desmedida ambición de poder, su notoria codicia por los espacios presupuestales de la vida pública y los lugares de mando dentro de su propio Partido.

Ese aislamiento de la izquierda de los asuntos verdaderamente importantes de la vida pública, se da mientras una derecha amenazante avanza sin el menor contrapeso; mientras los yunquistas, el clero político, los empresarios de la política y toda clase de vivales conquistan mayor número de lugares en la vida pública ejerciendo el poder con claro sentido patrimonialista, como si hubiesen adquirido para si y para los suyos empresas de administración pública a las cuales pueden atender con criterio gerencial sin el menor sentido social, apoltronados cómodamente mientras la izquierda duerme en sus laureles y se ocupa denodadamente en la autodestrucción en el más completo y lamentable de los extravíos morales, intelectuales e ideológicos.

Muestra de todo lo anterior nos la regalan día a día integrantes del PRD como la reciente incursión de una horda de salvajes a la catedral metropolitana ante la coincidencia del toque tradicional de sus campanas, que se da cotidianamente desde hace siglos, generalmente para que los feligreses asistan a su servicio religioso y que coincidió con el momento en que se pronunciaba un mensaje legítimo. Ni que decir de la práctica común que se observa en los procesos internos del PRD plagados de irregularidades y de actos violentos por la lucha por el poder y otras prácticas nada edificantes.

Por lo anterior, reconforta que se aprecie alguna luz en las filas de ese partido político tan necesario en la vida política del estado y del país que indica que no todo está perdido; se trata del interés del ex legislador Uriel Flores Aguayo, quien pretende asumir la dirigencia estatal del PRD.

No tengo el gusto de conocer personalmente al señor Uriel Flores Aguayo; lo conozco únicamente a través de sus colaboraciones semanales en el Diario de Xalapa y por sus intervenciones en el Congreso en la pasada legislatura además de sus opiniones en algunas entrevistas que le han hecho algunos medios. Me parece que se trata de un ciudadano honorable, congruente, sensato y con una ideología definida que no riñe ni con los principios de su partido ni con la decencia política, mucho menos con el sentido común. Tiene el señor Flores Aguayo una cualidad de la que carecen la mayoría de sus correligionarios: la autocrítica; ya que estos se caracterizan por ser contestatarios, denunciantes y sumamente cerrados a la autoevaluación. Ha sido muy claro el aspirante al reconocer las debilidades de su partido y las causas que le han llevado al sótano de los dividendos políticos, particularmente en las más recientes elecciones, en donde prácticamente desaparecieron del mapa político del país y de nuestra entidad.

No se ve, en este momento, que personas como Flores Aguayo tengan el viento a su favor, porque los grupos que se han apoderado de la franquicia política se encuentran sólidamente pertrechados pero, aun estos grupos deben entender que su compromiso con la ciudadanía debe ser mayor que sus intereses particulares y de grupo y que nos hace mucha falta a los ciudadanos una izquierda pensante, correcta, respetuosa y respetada que evite el avance de la ultraderecha y que evite también los excesos en los que pudiera incurrir la nueva mayoría en el Congreso que , por fortuna, está perfectamente dirigida y organizada por su jefe político y por su experimentado coordinador parlamentario. Ojala el reacomodo de los próximos meses traiga como resultado una izquierda presente, responsable, nacionalista, sumamente fortalecida, que opere a favor de las grades causas populares y del imperio de la razón y de la política pero, para eso, tiene que alejarse de la violencia, de la anarquía y de los Mesías y caudillos para que la izquierda comparezca. Esa es la cuestión.

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EL INFORME DE FIDEL.


Por Ezequiel Castañeda Nevárez.



El informe que presentó este jueves el gobernador del Estado ante el Congreso Local, para cumplir con su obligación legal de comparecer ante la representación popular de Veracruz, para dar cuenta de la administración pública a su cargo fue, como ya se esperaba, un ritual sin precedentes y con algunos puntos sobresalientes; en primer lugar, porque se trató de una comparecencia en donde el titular del Ejecutivo se mostró totalmente informado sobre lo realizado durante los últimos doce meses por cada área de su gobierno; seguramente, porque en cada acto de gobierno, en cada obra realizada, participó directamente el gobernante; por eso habló con absoluta precisión sobre cada rubro del informe yendo, en muchos de los casos, hasta las mínimas especificaciones de datos y cifras que parecerían intrascendentes. Es claro que los propósitos iniciales, las metas establecidas en el Plan Veracruzano de Desarrollo, están sobradamente cumplidas a la fecha, porque en casi todos los rubros se advierten adelantos notorios, merced a un adecuado manejo de las finanzas, principalmente, que ha permitido la disminución de los pasivos y la realización de una obra material considerable que se puede apreciar en todos los rincones de la geografía veracruzana.

Si algo tenemos que reconocer los veracruzanos es que la administración de Fidel Herrera ha tenido que batallar como ninguna otra con adversidades de todo tipo; en su inicio, con un congreso hostil e intolerante que decidió brillar, pero por su ausencia, mientras Fidel avanzaba aun con la corriente en contra. En segundo lugar, tuvo que enfrentar las contingencias provocadas por fenómenos naturales que complicaron la operación y redujeron el margen de maniobra del gobierno; a pesar de todo ello, en todos los casos, Fidel cumplió cabalmente con la delicada responsabilidad de proteger a la población civil siempre; por eso la protección civil se ha convertido en la política central de Fidel Herrera, aunque desde el principio de su mandato, el Gobernante advirtió que su prioridad sería siempre el ser humano; que su gobierno tendría siempre rostro humano y que estaría siempre cercano a la gente y lo ha cumplido, principalmente cuando por distintas causas se han presentado adversidades que han puesto en peligro la seguridad de la población, el gobierno fidelista ha estado oportunamente allí y ha obtenido siempre saldo blanco en cada contingencia.

El anexo que entrega el gobernador a los diputados contiene información regionalizada, porque la planeación estratégica del desarrollo estatal considera detonantes por distintas regiones del estado en la economía, el empleo, las inversiones pública y privada y la obra material con alto contenido social para la mejora de las comunicaciones, de la producción agropecuaria y de otros programas de gobierno como la salud y la educación, entre otras, que han ubicado a nuestra entidad en mejores lugares con relación a pasadas administraciones. Un mensaje, en suma, que retrata la realidad tal cual y que nos confirma que tenemos un profesional de la acción gubernativa al frente de la administración, que nuestros recursos están siendo debidamente aprovechados y manejados con transparencia y con honestidad pero, lo mejor de todo, que nos indica que, efectivamente, nos espera un futuro promisorio en lo que resta de esta administración.

Otro signo distintivo del evento es el intercambio que tuvo el Gobernador con legisladores de las distintas fuerzas políticas representadas en el Congreso; hecho inédito que inaugura un nuevo formato en los informes y que seguramente habrá de tomar mejor forma en lo sucesivo.

Comentario obligado resultaría la participación de los legisladores de las bancadas de los partidos de oposición al PRI, que es mayoría en el Congreso pero, por más que hemos tratado de investigar cuál fue realmente el propósito del coordinador de los Diputados del PAN con su intervención, que vino a opacar las otras participaciones de sus compañeros; no encontramos en su participación sentido y, ni siquiera, algún punto de inteligencia, aunque fuera demasiado oculta, que justifique el chistorete, la metáfora, parábola o vaya usted a saber qué dijo o trató de decir el líder panista, porque hasta ahora nadie sabe exactamente que expresó pero, lo que si es cierto, es que muchos veracruzanos se sintieron ofendidos al escuchar que se afirmaba que alguien es más popular que una figura religiosa que debe ser absolutamente respetada y que ni venía al caso; otros más, se sintieron ofendidos con la sola advertencia de la intención de ofender al titular del Ejecutivo que se ha ganado a pulso con su trabajo y trato a todos los veracruzanos el afecto o al menos el reconocimiento a su trabajo pero, el propio compareciente aclaró que no se sentía ofendido porque sabe que en este oficio quien pega más gana menos, así que el balance del evento lo marca esta última afirmación contundente. Esa es la cuestión. (eze_cas@hotmail.com)

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LA HUMILDAD EN LA POLÍTICA.


Por Ezequiel Castañeda Nevárez.



La sensibilidad social, la honestidad intelectual, la congruencia, la capacitación continua, la disciplina en el trabajo, la dedicación, son solo algunas de las elementales prendas del cúmulo que debe distinguir invariablemente a todo aquel que se ostente como hombre político o a quien pretenda dedicarse a este noble oficio de servir a los demás; a todos, pero, principalmente, a quienes se dedican a la política retribuidos por ello con recursos públicos, como es el caso de quienes dirigen a los partidos políticos o de quienes ejercen el poder público. Más claramente, para no darle vueltas a lo que no tiene vueltas, como diría el filósofo Yayo Gutiérrez, en México, todos los gobernantes y políticos somos servidores públicos y como tales estamos obligados a servir con eficiencia, eficacia, honradez y, sobre todo, con humildad. No hay para donde hacernos.



No resulta fácil que en el terreno de la actividad política quepa la humildad como actitud inherente al oficio porque invariablemente se relaciona esta con el ejercicio del poder y como ya se sabe el poder corrompe, por eso, el poder absoluto corrompe absolutamente y no es raro que las personas sucumban ante la delicia del poder y lo que trae consigo; de allí que la menos imperfecta de las formas de gobierno sea la democracia, porque en esta se encuentran los equilibrios que disminuyen la posibilidad de los excesos y arbitrariedades que distinguen al absolutismo y a todos los gobiernos tiránicos y dictatoriales.




Ser humilde no solo significa alejarse de la soberbia, la altanería o la arrogancia; la humildad es acato, es sujeción, atención, obediencia, observancia, docilidad y, en el caso de los políticos, de los líderes sociales, es servicio y a la vez ejemplo a seguir, por esta razón los dirigentes de los partidos políticos deben ser ejemplo de sus correligionarios en conducta personal y en todos sus actos. El dar testimonio de humildad, en la política, es una obligación ineludible porque, como lo afirmó el Papa Paulo VI en su Evangelio nun tiandi 41, “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan o, si escuchan a los que enseñan, es porque estos dan testimonio”. En el mismo tenor, tenemos que en los tiempos del patriarca Moisés, los fariseos se hacían llamar “Rabbí” porque enseñaban la Ley mosaica y eso implicaba la separación física y de actitud del resto de los hebreos para una mejor preparación, lo que les llevó finalmente a la soberbia ya que no cualquiera era maestro, por eso se llegaron ellos mismos a considerar como casta divina; sin embargo, el propio Jesús puso las cosas en su lugar al dejar en claro qué El era y es el único maestro y guía y que en todos los demás casos la norma debe ser la humildad; por eso afirmó contundente: “El que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado”.



Todo lo anterior nos lleva a pensar que no tiene razón alguna el Diputado panista Victor Alejandro Vázquez Cuevas, Presidente Estatal del Partido Acción Nacional, cuando se muestra notoriamente soberbio aun ante una realidad que todos los demás vemos con absoluta claridad y que indica que las condiciones políticas que le llevaron a la cúspide en el escenario político local, han desaparecido; que la ciudadanía, a la luz de los resultados obtenidos por los gobiernos panistas como el de Fox, decidió dar una nueva oportunidad al PRI y, en Veracruz, más bien, a la fidelidad, merced a los resultados de buen gobierno y al trabajo desplegado por Fidel Herrera Beltrán en todo el territorio veracruzano; por eso los resultados electorales pasados fueron a favor del PRI. Los electores veracruzanos decidieron con su voto que la fidelidad, que ya está instalada en Palacio de Gobierno, debe actuar en el Congreso Local como mayoría y que la oposición, como lo son los legisladores del PAN y de otras fuerzas políticas importantes, deben también asumir su papel de contrapeso coadyuvante, no de opositor a ultranza, sin sentido y sin razón, deben ser parte del equilibrio de fuerzas y del imperio de la política. Tampoco ven bien los ciudadanos veracruzanos que en un arranque de soberbia que en muchos panistas parece ser actitud natural distintiva, “El Pipo” se niegue a contestar una atenta llamada telefónica del titular del Poder Ejecutivo y que este diga con grosera petulancia que hará un espacio en su agenda para atender a Fidel Herrera, que es el Gobernador del Estado; o que este puede acudir a su cubículo en el Congreso cuando lo desee y que le dará audiencia. No, este señor debe entender que dirige un Partido político y que sus percepciones económicas que le dan el Congreso y la tesorería de su Partido, son recursos que todos los veracruzanos pagamos, para que los servidores públicos como el Señor Gobernador y como él, nos sirvan atendiendo con diligencia y humildad sus respectivos encargos más allá de enconos personales y aun de formación moral o intelectual y hasta religiosa.



Deben entender todos los políticos, no sólo el señor Vázquez Cuevas, que su actividad principal es la política y que como tal debe atender y privilegiar la negociación, la tolerancia, la conciliación, y tenerlas como herramientas elementales de su diario actuar; quienes no lo entienden así, no resultan ser aptos para el noble oficio de la política por lo que mas valdría que fueran dedicándose a otra actividad. Deben enterarse también todos los políticos que los ojos ciudadanos están sobre ellos aunque no se note en ocasiones y que de todo tomamos nota los electores, por eso los resultados adversos al PAN.



Poco se puede esperar de la dirigencia del PAN en Veracruz si su principal dirigente decide seguir los pasos y el ejemplo de Manuel Espino, antítesis de lo que debe ser un político; y poco podremos avanzar en civilidad si continúan pateando puertas y lanzando improperios y vulgaridades cuando en el Ejecutivo hay plena disposición al dialogo y a la coordinación política en lugar de atender razones. Claro, esto no es posible cuando en el diccionario de los dirigentes panistas no existe la palabra humildad. Esa es la cuestión. (eze_cas@hotmail.com)







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¿CÓMO SERÁ LA MUERTE?


Por Ezequiel Castañeda Nevárez.




Dicen que los muertos nunca regresan a perturbar la paz de los que viven; sin embargo, en estos días de noviembre, muchos muertos cobran vida, corroborando que no existe memoria más viva que la de la muerte, porque aun el más olvidadizo de los mortales acude al cementerio a recordar o al menos a visitar la tumba del ser querido. Todo, en todos lados, en estos días parece ser Comala, lugar en donde algunos muertos regresan a cobrar viejos agravios como Juan Preciado con Pedro Páramo o simplemente para convivir o revivir con los vivos y con los vivillos los deliciosos tamales de calabaza con camarón o de frijol de bejuco que hacen todas las señoras tuxpeñas y también, según cuentan, para beber el tequila, el mezcal, el sotol o la bebida preferente que colocan para eso sus deudos en los altares para este día de visita de muertos y, si no atienden ninguna dieta rigorista, a entrarle al pan de muerto, al chocolate y a los dulces de todo tipo como marca la tradición.



La muerte ¿Qué es la muerte? ¿Qué hay más allá de esta vida? ¿Es simplemente la muerte la incapacidad del organismo para albergar tanta vida? ¿Es la muerte el final de todo? La muerte ¿Cómo será? Sólo Dios sabe con certeza las respuestas; por eso el tío Rubén Nevárez, a Él directamente le formula sus preguntas sobre el tema en una bella melodía de su propia inspiración que interpretó por primera ocasión ante el féretro de mi abuela materna, doña Simona Solano viuda de Nevárez. “¿Como será llegar al cielo y encontrarme en tu presencia? ¿Cómo será el contemplar toda la gloria y su excelencia? ¿Cómo será, dejar la tierra y elevarme a las alturas? Gozar palabras que me dices con dulzura; mirar tu rostro, mi señor ¿cómo será? ¿Cómo será el contemplar todos los seres que yo he amado, que en este viaje se nos han adelantado; yo me pregunto sin cesar ¿cómo será? ¿Cómo serán, las cosas nuevas y la vida perdurable? ¿Cómo será el ver cumplido nuestro sueño inefable? ¿Cómo será, mirar cómo haces los colores de las rosas? y disfrutar aquellas cosas tan hermosas que me prometes, mi señor ¿Cómo será? ¿Cómo será amanecer y despertar en nueva vida? sentir tus brazos que me dan la bienvenida; yo me pregunto sin cesar ¿como será?”



A mi también, como a muchos otros, me inquieta el antes y el después de esta vida; más lo segundo que lo primero; mientras tanto, no tengo duda que debo ocuparme por lo pronto del durante y el ahora con la mayor responsabilidad posible; por eso, trato de cumplir con mi deber día a día; vivir la vida con todas sus consecuencias pero sin olvidar que, sobre todas estas cosas, habré de ser juzgado en esta vida y en la venidera; por eso pido cada amanecer sabiduría y gracia de Dios y por eso no dejo de abrazar a mi madre para recibir sus bendiciones y para estar siempre en sus oraciones para alcanzar gracia. También creo firmemente en las afirmaciones que al respecto hacía mi padre, en las cuales creyó a pie juntillas toda su vida: “cuando se produce esa dolorosa separación entre quienes mueren y quienes vivimos –decía- no es la última vez, nos veremos nuevamente, volveremos a encontrarnos”. Esa es una hermosa esperanza que reconforta y alimenta el espíritu de quienes hemos visto partir a un ser querido, que aun tenemos la responsabilidad y el privilegio de la vida y que deseamos ver nuevamente a nuestros muertos algún día y no porque estos vengan furtivamente en un día de difuntos; por eso, el epitafio que se puede leer en la tumba de mi padre Porfirio Castañeda lo componen sólo dos palabras que contienen una afirmación contundente en apretado resumen: Resucitará primero.



¿Cómo será ese momento, cuando tengamos que partir nosotros? Esa si que es la gran cuestión. (eze_cas@hotmail.com)








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