Observador Ciudadano Tu página de inicio

FIDEL Y SU TERCERA VÍA

Por Ezequiel Castañeda Nevárez.



El debate sobre la iniciativa presentada por el Presidente Felipe Calderón sobre el tema energético se polarizó desde el mismo momento en que la presentó, encontrando una fuerte oposición, principalmente por parte de los legisladores del Frente Amplio Progresista del PRD, PT y Convergencia, todos bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, opositor a ultranza de todo lo que provenga de su adversario político. El punto central del debate es la disyuntiva de Privatizar o no la industria petrolera. Hasta aquí el debate parecía ser asunto de la incumbencia de los partidos políticos y de las fuerzas políticas que actúan junto a estos, en torno a ese tabú de la privatización, que ha impedido hasta ahora cualquier análisis sobre la modernización de la paraestatal porque, al ser el petróleo un símbolo nacional, se vuelve un tema intocable y mítico que debe tratarse con el mayor de los cuidados para no lastimar sensibilidades; pero no solo los partidos políticos tienen algo que decir sobre el tema, porque estamos hablando de un recurso propiedad de la nación y por eso todos los mexicanos podemos y debemos conocer y decidir sobre este tema.


No es necesario contar con datos que nos lleven a comprobar la quiebra de PEMEX para entender que debemos los mexicanos, como propietarios que somos de esta empresa, tener una visión de futuro sobre esta, para garantizar su desarrollo y modernización, justamente para evitar su inviabilidad como fuente generadora de recursos y para tener acceso a la tecnología, para invertir en la exploración, perforación y refinación; pero cierto es también que debemos ser muy cuidadosos en las propuestas sobre esta reforma para evitar la polarización y los malos entendidos que siempre dan al traste con cualquier programa de desarrollo porque, tratándose de un tema casi prohibido que toca las fibras más íntimas de la nación, es fácil caer en cualquiera de los dos extremos de la polarización: la apología irracional de la propuesta presidencial o la explotación del patrioterismo y de la emoción nacionalista para una oposición a ultranza.


La propuesta del Gobernador de Veracruz, que ya han hecho suya sus similares de los estados de la federación productores de petróleo, constituye realmente una opción incluyente que resuelve salomónicamente en lo que ya se ha denominado “una tercera vía”, la cual señala que, con pleno respeto por el marco legal vigente, las entidades federativas, principalmente las productoras de petróleo, puedan asociarse con la paraestatal para trabajar con empresas mexicanas en la explotación de pozos petroleros y para participar en el desarrollo de la petroquímica. El área de influencia de estos nuevos socios de PEMEX no se empalma con la actividad programada de PEMEX porque estaría en zonas en donde la paraestatal ha dejado ya de trabajar pero que aun pueden ser explotadas, en este caso, por las entidades federativas.


La visión de Fidel Herrera, independientemente de que resulta ser una nueva opción que no riñe con las propuestas encontradas y que no se sale del marco jurídico, tiene mucho que ver con la incongruencia que es el que los estados que producen la riqueza energética del país, entre los que se cuenta Veracruz, sean precisamente en donde mayor pobreza se encuentra; por eso el ejecutivo pretende que, como producto de esta nueva figura asociativa, puedan estas entidades obtener recursos para combatir la pobreza y para detonar el desarrollo de una manera planificada, sustentable y sostenida en beneficio de sus habitantes principalmente, aunque el beneficio del desarrollo es para todos los mexicanos; por otra parte, el proyecto presentado por Fidel Herrera también propone dotar a la empresa nacional petrolera del equipamiento y garantía de acceso a la tecnología necesaria para enfrentar los retos que están a la vuelta de la esquina y que, de no atenderlos con capacidad y eficacia ahora mismo, nos darán fuertes dolores de cabeza en el futuro inmediato, con el consecuente reproche de las próximas generaciones, no solo por ser la principal fuente de ingresos del gobierno sino por los compromisos internacionales del país cuyo cumplimiento se avizora ya y que tienen mucho que ver con el petróleo.


Es esta tercera vía, hasta ahora, la propuesta más clara y contundente sobre el tema de la reforma energética, pero el debate sigue y las propuestas deben incorporarse a la discusión, enriquecer el análisis y la claridad de las ideas para presentarlas posteriormente a la opinión pública, en busca de soluciones sin entrar en la polarización que tanto daño nos ha hecho al frenar el desarrollo para resolver el grave problema de la pobreza, con mayor razón cuando un nuevo fantasma recorre al mundo: la crisis alimentaria. Esa es la cuestión.






Suscríbete a nuestro Sistema Informativo,

Envia un mail con la palabra SUSCRIPCION,

(Suscribete aquí)