Tres son los aspectos políticos relevantes que todo gobernante busca cubrir durante el desarrollo de su gestión, una vez legitimado en el poder y al margen de su esmero porque su gestión sea pulimentada y trascendente por su obra material y política: lograr una salida impecable y exitosa del gobierno, construir una sucesión tersa y conveniente y, finalmente, procurarse un futuro político promisorio; para ello, realiza una serie de acciones y conforma un equipo de trabajo adecuado y en torno a cada una de estas preocupaciones naturales y legítimas, razón por la cual su gabinete sufre varias modificaciones en el trayecto para irlo adecuando a la circunstancia y al tiempo, sin descontar que muchos de sus colaboradores van quedándose en el camino por no contar con capacidad, por no aguantar el ritmo de trabajo o por diferencia de criterios con su jefe. Muchos de los colaboradores de un Gobernador pueden cubrir el perfil como para ser útiles en solo una de las etapas de la gestión y otros más cubren los requisitos en todos los aspectos y en todo el tiempo del mandato, no necesariamente por su cercanía a los afectos del mandatario ni mucho menos por los compromisos establecidos con anterioridad sino por la conveniencia de su permanencia en el equipo de trabajo, estos son los menos, por cierto; otros más, la mayoría, solo cubren el perfil del corto plazo y de la inmediatez de circunstancias políticas pasajeras. Ricardo Landa Cano, hasta este día Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI es, sin lugar a dudas, uno de los hombres del Gobernador que cubren a plenitud el perfil fidelista.
Este domingo, habrá de sesionar el Consejo Político del PRI para conocer la renuncia de Ricardo Landa Cano y el arribo de José Yunes Zorrilla a la dirigencia estatal del Partido y, después de este evento, la incorporación del mismo Ricardo a la Subsecretaría de Gobierno. No son pocos los que tratan de encontrarle lecturas políticas diversas al arribo de Landa Cano a tan delicada función; para ellos, vale la pena refrescar algunos datos ya conocidos y que tal vez no han considerado. En principio, para los que no lo saben, Ricardo es un hombre cercano a Fidel Herrera Beltrán, a sus afectos y a sus confianzas virtud a las prendas personales del aun líder formal del PRI y a los resultados que ha ofrecido a su jefe y amigo en distintas oportunidades anteriores; hay que recordar que durante algún tiempo fungió como su secretario particular, o sea, se trata de un producto 100 % de Fidel Herrera desde hace ya muchos años. Ricardo, es aquél joven que realizó el registro de Fidel ante su Partido como aspirante a la gubernatura de Veracruz, ante el asombro de muchos analistas políticos.
Respecto a la llegada de Landa Cano a la Subsecretaría de Gobierno, hay que decir que su incorporación resulta ser un movimiento lógico y adecuado al momento político por tratarse de un lugar estratégico para la operación política directa del titular del Ejecutivo, que requiere de discreción, de talento político, de trabajo de inteligencia y de conocimiento de la tarea a realizar pero, sobre todo, que viene siendo el trabajo continuado de lo que ya realizó exitosamente el nuevo funcionario desde el PRI en el manejo electoral que tantos dividendos deja a la fidelidad para el proyecto integral porque supo, en su momento, entender y atender la dinámica, la operación subterránea, la colaboración de viejos amigos del mandatario que se convirtieron en operadores políticos en los momentos estelares recientes.
Aun cuando los actuales dirigentes del Partido Acción Nacional, principales damnificados del trabajo político impecable que conformó el actual escenario político en la entidad, vienen haciéndose las víctimas para justificar los resultados del reciente proceso electoral, lo cierto es que el escenario rojo tiene su razón de ser y nada tiene que ver con los argumentos pueriles de los panistas, la operación política del mandatario veracruzano en la cual tuvo una importante participación Landa cano, fue determinante. Parecen olvidar los dirigentes opositores que fueron justamente sus errores políticos los que facilitaron esa operación política porque la ruptura de alianzas al interior de ese partido fue aprovechada magistralmente por el alto mando político estatal y por eso resultó fundamental la participación de personajes políticos panistas en muchos municipios como Tuxpan, Papantla, Tihuatlán, Coatepec, Acayucan, por solo mencionar unos cuantos. Este rompimiento de líneas políticas estratégicas provocado por los mismos panistas, aunado al trabajo fino de zurcido invisible para integrar a la operación a las personas y a los grupos ayudó a la ya de por sí aceptada imagen de la personalidad el Gobernador y de su innegable obra material para lograr los resultados ya conocidos transformando el escenario inicial que indicaba que solo 8 Distritos ganaría el PRI hasta convertirse en un contundente triunfo. En suma, el trabajo a desarrollar en la siguiente etapa por Ricardo Landa desde la Subsecretaría, mucho tiene que ver con lo realizado anteriormente en plena coordinación y sujeción a las indicaciones del Gobernador, por eso resulta lógica su estancia en esa área política por excelencia. Todo eso hace concluir que Ricardo llegará hasta donde lo lleve su jefe Fidel Herrera Beltrán en las siguientes etapas del proyecto fidelista. Esa es la cuestión. (
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